Y como toda historia sin final, debe continuar...

Trescientos sesenta y cinco días tiene un año, el número de días aproximados que tendré que multiplicar para verte volver de donde nunca te fuiste. Un beso bastó para perdernos la primera noche del año. Hay besos que llegan en un momento improvisado, de los que si te los cuentan cinco minutos antes de que ocurran no te los crees. Hay noches que empiezan de madrugada y terminan al final de la mañana. Y hay personas que desaparecen para luego volver.Nuestras miradas aun se entienden y nuestras sonrisas juegan un poco más.. Saben que no termino. Porque aun seguimos siendo los que una  noche se perdieron del mundo para seguir por su cuenta a la mañana siguiente. Porque sé que contigo nada va a ser fácil, pero sí diferente. 

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